viernes, 28 de mayo de 2010

Reflexión. La picaresca sajónica de Atlanta

La picaresca sajónica de Atlanta, aquella nutria marina que se apodera de todo cuanto cae en su plato de espárragos morunos con su toque especial de carabina verdeazulada. Una merienda cena de lo más austera por el trato que reciben los plateados tridentes y las afiladas katanas. Las sillas tiemblan por la presión que ejerce el mundo sobre su eje de translación metafísica y el gremio filosófico espera el siguiente eclipse lunar para descubrir una nueva fórmula que les permita perder el conocimiento de una forma más acentuada (con acento en la y). El papel de cocina tiene un papel (válgase la redundancia de los mamíferos rumiantes) muy importante en todo el proceso penal puesto que su sabiduría infinita será clave para el buen funcionamiento del mecanismo axial de la Tierra.

En cambio, los demás tipos de papel se revelarán contra el de cocina, cosa que originará la tercera guerra mundial en el 2017. En este caso, como tantos otros posibles, la policía habría sido entrenada con lanzallamas para evitar el alzamiento del papel de váter que, acompañado por el de fumar, verá en su luz una luciérnaga. La gran paradoja de todo este asunto se verá reflejada en la rebelión de los sauces, quienes buscarán cobijo debajo de las piedras incandescentes de las barbacoas sureñas y hallarán una esponja amarilla agonizando y pidiendo un botiquín de primeros auxilios. El papel de fumar será de gran utilidad para todo filósofo que se precie siempre y cuando no se vea afectado por la lluvia ácida del último mes de septiembre y consiga aprobar el curso de cocina de la teletienda matutina. “Exprime naranjas y obtendrás zumo de limón” a no ser que sobrepase el nivel de acidez establecido por esa palmera que ves desde tu ventana.

¡No se vaya! Todavía está a tiempo de conseguir este magnífico lote de productos de limpieza… Venga aquí señor ciervo tengo un regalo para usted. Me parece que le han limado la pezuña posterior derecha más de lo habitual… ¿Cómo se llama? ¿Bam… qué? ¡Qué carajo! ¡Si los ciervos no hablan! Debería revisar la maquinaria del coche más a menudo. En fin, me voy a crear una versión mejorada del bosón de Higgs ya que los científicos del CERN están a punto de verle el rabo de mono enfurecido que tiene y lo tengo que trajear para que se parezca a una locomotora. Más que nada, tiene la finalidad de canalizar el vapor que sale de sus orificios nasales a una gran presión (atmosférica) y poder deslizarse por las vías hasta que se pare en seco a causa de una cucaracha dicharachera que bloquea el paso. Teniendo en cuenta que es una “cibercucaracha” programada para la destrucción del planeta creo que resistirá la brutal embestida del desbocado y oxidado tren. Aquella embestida que evitará que el movimiento de translación alrededor del sol se pare y caigamos infinitamente hasta rebotar en una cama elástica tamaño familiar (más de 7000 millones de personas y Chuck Norris)… Sí, de esas que encuentras en las ferias y se enrollan en un palo de madera para endulzarlas hasta extremos insospechados por la raza evolucionada de ciervos radioactivos. ¡Un pijama tostado a la brasa para no resfriarse siempre viene bien!


No hay comentarios:

Publicar un comentario